viernes, 25 de abril de 2008

III

La ciudad… ¿Cuál ciudad? Porque, bueno, yo he estado en las ciudades más importantes del mundo y la verdad es que todas son muy diferentes. Aunque la verdad tienen cosas en común, digo: los museos, las universidades, la diversidad cultural y sexual, las drogas, la riqueza extrema…
Pero bueno, tratándose de esta ciudad puedo decir que es caso aparte. Aún recuerdo cuando podías pasear por Juárez a cualquier hora y la actividad nunca se detenía. Todos tenían un lugar donde divertirse: desde el pobre miserable folklórico obrero de maquiladora hasta la rancia aristocracia fronteriza. Y lo mejor era que entre más descendieras en categoría de antro, menos discriminado eras; o sea: el pueblo en Juárez siempre ha sido super abierto a recibir en sus lugares de divertimento a quien quiera disfrutar de un rato fuera de los paparatzzis o los guaruras de papi. Así es como uno podía disfrutar oyendo a José José en alguna cantina de quinta, o la música más moderna en el antro más in de lo nice, ¿ven?
Para ser sincero aún le queda algo de esto a nuestra frontera. Con cualquier persona puedes encontrar un grupo para divertirte y pasear. Y la movilidad social —para abajo, eh, pa-ra a-ba-jo— sigue siendo flexible. Nunca he tenido miedo a experimentar con nada así que los escasos días que paso en casa debido a mi apretada agenda modelística aprovecho para disfrutar de todas las facetas de diversión que puedan existir. Eso sí, trato de no ir donde haya pura gente fea porque si no uno llama demasiado la atención y no se embrutece a gusto con todas esas miradas lascivas encima.
A lo mejor no tenemos un Instituto de Bellas Artes, pero gente sobra y antro también. Y pues sí, cierran cuando deberían de estar abriendo, pero siempre se arma el alter party de lo mejor; una muestra de más que, cuando uno quiere divertirse, se la ingenia.
Nuestra ciudad es como Los Angeles, pero tercermundista, ¿ven?: variada, diversa, abierta, divertida, superflua y atiborrada. Es lo más cercano, porque por ejemplo yo he estado bastante tiempo en el DF y de repente son más provincianos que uno: tienen disponible todo, pero de todo se asustan. Además en Juárez no te asaltan los conductores de la limosina que rentas ni nada de esas cosas que suceden todos los días en la capital.
Así que: gente, aprecia tu ciudad y no la llenes de larvas, ¿OK? Porque esta frontera, después de Tijuana, es la mejor del mundo. ¡¡¡Arriba Juárez, ca…!!!


expresionesabraxas@gmail.com

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